El 2 de octubre se celebra el Día Internacional de la No Violencia, decretado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Aprovechando esta ocasión, vamos a poner nuestro granito de arena para informar, educar y concienciar sobre las consecuencias tan nefastas que tiene la violencia (en sus diferentes tipos) y la importancia de escoger caminos alternativos que nos ayuden a alcanzar un mundo más pacífico, tolerante y comprensivo.

 

¿Qué es la violencia?

El concepto de violencia es muy amplio; abarca no sólo comportamientos físicos agresivos, sino cualquier comportamiento o situación que amenace la integridad (física, psicológica o moral) de la propia persona o de los demás.

La forma de manifestarse va a depender de la época histórica y también de la cultura. Por ejemplo, la esclavitud fue común y legal en Europa y América durante un largo periodo de tiempo hasta su total abolición en el siglo XIX. Las conductas violentas pueden tener su origen en un proceso de aprendizaje, de imitación o de forma deliberada.

Por todo ello, no existe un único tipo de violencia. De hecho, existen diferentes clasificaciones según el criterio escogido (en función del autor de la agresión, la naturaleza de la conducta violenta, el ámbito donde se lleva a cabo, …).

En este caso, nos vamos a centrar en 5 grandes tipos de violencia.

 

Grandes tipos de violencia

  1. Violencia física

Es la forma más clara de violencia, donde se ejerce un daño físico sobre el cuerpo de otra persona. Incluye golpes, patadas, empujones, castigos corporales, … Aunque no necesariamente deja huellas y marcas visibles. Causan dolor y sufrimiento, poniendo en riesgo la integridad física de la persona víctima de esa violencia.

  1. Violencia psicológica

Esta forma de violencia no es tan evidente como la anterior y, por eso mismo, es más difícil de detectar. Engloba distintas formas de agresión verbal e intencional hacia otra persona (insultos, amenazas, humillaciones, manipulación, descrédito, …). En general, suele comenzar con formas sutiles que, prolongadas en el tiempo, acaban suponiendo una fuerte agresión psicológica.

Ocasiona daño emocional y psicológico a la persona que lo recibe, interfiriendo en su desarrollo personal adecuado y en el mantenimiento de una autoestima sana. Otras consecuencias derivadas de este tipo de violencia son traumas psicológicos, trastornos emocionales (ansiedad y/o depresión), trastorno de estrés postraumático (TEPT), …

  1. Violencia sexual

Incluye todas las acciones que interfieran en el derecho de una persona a decidir libremente a realizar un acto sexual, desde comentarios e insinuaciones no deseados hasta agresiones sexuales (con o sin acceso genital), abuso sexual y violación sexual. Es decir, cualquier uso de la fuerza física, psíquica o moral que fuerce a una persona a realizar algún tipo de comportamiento sexual contra su voluntad.

  1. Violencia económica y patrimonial

Se refiere a la violencia que ocasiona un deterioro en los bienes económicos y patrimoniales (tanto físicos y tangibles como personales) de la persona, a través su posesión, sustracción, destrucción, restricción, retención, etc.

  1. Violencia simbólica

Es una forma de violencia que suele pasar desapercibido al ser bastante sutil, pero que afecta a una gran cantidad de personas de forma simultánea. Se manifiesta mediante estereotipos y estructuras mentales (mensajes, valores, símbolos, signos, etc.) que fomentan la desigualdad y la discriminación de ciertas personas (o grupos de personas). Esta forma de violencia suele mantenerse y reforzarse por la repetición, hasta el punto de llegar a ser naturalizados a pesar de subordinar o menospreciar el valor de esos individuos.

Un ejemplo sería el parámetro físico socialmente más aceptado de delgadez y cuerpo perfecto (que padecen con especial fuerza las mujeres) y que puede conllevar consecuencias muy negativas como trastornos físicos y psicológicos.

 

¿Qué consecuencias tiene la violencia?

Como hemos visto, hay diferentes y muy variadas formas de violencia, pero todas ellas tienen un gran impacto en la salud (física y psicológica) de la persona que la padece. Aunque es difícil estimar el alcance de las consecuencias, algunas secuelas son:

  • Riesgo a empeorar la salud y vulnerabilidad a enfermedades.
  • Lesiones físicas (de distinto nivel de gravedad)
  • Lesiones durante el embarazo
  • Embarazos no deseados
  • Homicidios
  • Problemas de salud mental como ansiedad, miedo, estrés
  • Síntomas depresivos y baja autoestima
  • Aislamiento
  • Dificultades en el sueño
  • Trastornos alimentarios

 

¿Cómo podemos evitar la violencia?

Interior Violencia Sagüés Psicología Oviedo

 

La violencia es fruto de la evolución cultural y el aprendizaje de hábitos y conductas violentas. Por tanto, lo fundamental para revertirla o solucionarla sería un cambio cultural y educativo. Educar en el respeto, las relaciones sanas y empáticas; dotar de habilidades socioemocionales a las personas para una adecuada gestión y regulación emocional y enseñar técnicas asertivas de resolución de conflictos desde la infancia es imprescindible para poder prevenir la violencia e intentar reducir aquellos comportamientos que pueden causar algún tipo de daño a los demás.

 

“Si vamos a enseñar la verdadera paz en este mundo, y si vamos a llevar a cabo una verdadera guerra contra la fuera, vamos a tener que empezar con los niños”

-Mahatma Gandhi-

 

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