Navidad y consumismo

Llega (cada año más adelantada) la Navidad, y con ella la idea de un tiempo de amor, paz, fantasía y felicidad. También la Navidad está estrechamente relacionada con fechas de regalos, incrementando el consumismo, los excesos y los gastos. Pero… ¿Somos conscientes de por qué ocurre esto o simplemente hemos sucumbido a las compras compulsivas navideñas?

Según diversos estudios, las personas asociamos la Navidad con una sensación de bienestar, falso optimismo y felicidad. Esto es conocido y utilizado por los comercios para fomentar el consumismo; Luces, colores, villancicos, olores, decoración, … Son señales que, junto a las campañas de marketing (publicidad, ofertas, …) activan la necesidad de comprar y consumir, incluso por encima del presupuesto que teníamos previsto. Por eso estos estímulos cada vez se adelantan más en nuestros calendarios, activando antes la respuesta de consumo y aumentando el número de compras.

 

¿Compra excesiva o compulsiva?

La conducta de comprar puede ser más o menos problemática. Por eso, es importante saber diferenciar entre la compra excesiva (por ejemplo, durante la Navidad) y la compra compulsiva (que es un trastorno, y debe ser tratado como tal).

La compra excesiva suele producirse de manera puntual en fechas señaladas y, aunque en estas ocasiones la persona se deje dominar por sus impulsos y sobrepase sus gastos, en general es capaz de controlarse. Es decir, el impulso de comprar no supone ninguna limitación en su funcionamiento.

Sin embargo, la conducta de un comprador compulsivo se asemeja a la de cualquier otra adicción, siendo la persona incapaz de controlar sus impulsos y tendencias. Existe una sensación de pérdida de control, bien por el gran placer y bienestar que el comprador siente al comprar (por la liberación y descarga de dopamina y endorfina), bien por paliar el malestar psicológico y físico que sufre al no comprar (y que sólo desaparece mediante la adquisición).

En nuestro país, se estima que un 7% de la población presenta este trastorno. Esta conducta (conlleve o no un trastorno) se intensifica en estas fechas. De hecho, tan sólo un 7% de las compras que se realizan durante esta época tienen un componente racional.

 

¿Qué podemos hacer para evitar caer en el impulso de comprar?

Algunos consejos para poder controlar nuestros gastos, sobre todo en estas fechas de fuertes presiones hacia el consumo son:

 

Interior Navidad y consumismo Sagüés Psicología Oviedo

 

  1. Planea tus compras. ¿Cuántas veces nos hemos comprado algo en Navidad o rebajas y luego le hemos dado muy poco uso (o ninguno)? Analizar, pensar y tomar conciencia de lo que realmente necesitamos comprar evitará compras superfluas. Hacer una lista con las compras imprescindibles puede ser una buena opción.
  2. Prepara un presupuesto realista. Considerar el dinero que estamos dispuestos, queremos o podemos gastarnos, nos ayudará a comprar “con cabeza” y evitar futuros agobios.
  3. Lleva el dinero en metálico. El pago con tarjeta de créditos (o el pago a través de otros dispositivos como el móvil) es más cómodo, pero también hace más difícil ser plenamente conscientes del total de gasto. Para tener una percepción más real, lo mejor es realizar las compras con dinero en metálico. De este modo, seremos conscientes de cómo van disminuyendo los billetes y las monedas en nuestra cartera y, por tanto, de todo lo que gastamos.
  4. Evita comprar si estás triste o desanimado. Como hemos comentado, comprar puede conllevar una sensación de bienestar, que a corto plazo nos puede producir placer. Sin embargo, utilizarlo para sustituir otras emociones negativas sólo conllevará sentimientos de culpa y empeoramiento a largo plazo.
  5. Compra acompañado/a. Ir de compras con algún familiar o amigo puede ayudar a reprimir nuestros impulsos y comprar con más conciencia. Además, te pueden ayudar y aconsejar mientras disfrutáis de un agradable momento juntos.
  6. Reflexiona sobre tus compras. Compara precios, ofertas y promociones; piensa la decisión y no compres lo primero que caiga en tus manos. De este modo podrás comprobar si lo que vas a comprar es lo más beneficioso, lo que realmente necesitas o estás buscando.
  7. Regala lo justo. Solemos caer en la trampa de pensar que regalar muchas cosas (sobre todo a los niños) es mejor; sin embargo, cuánto más tenga para elegir, menos disfrutará de los juguetes, pues tendrá tantos que no sabrá ni a cuál jugar. En este caso, más regalos no es mejor.

 

Conclusión

Los gastos en la época de Navidad se disparan en todo el mundo. Se ha conseguido asociar e instaurar la idea de que para celebrar la Navidad es necesario e ineludible comprar (en exceso).

Sin embargo, la esencia de la Navidad (además de la tradición religiosa) se encuentra en poder compartir tiempo y momentos especiales con nuestros familiares y seres queridos. Son tiempos de encuentros, reconciliaciones, peticiones de paz, amor y prosperidad. Vivamos la Navidad con conciencia, de manera sostenible y responsable.

 

 

Puedes contactar con nosotros para solicitar una cita.

Puedes seguirnos en Instagram y Facebook.

Compartir:

Síguenos en redes: