La ludopatía, o el juego patológico, es un impulso incontrolable e irrefrenable. Es decir, la persona siente una necesidad irreprimible de jugar, a pesar de las consecuencias negativas y del deseo de detener esa conducta. Por ello, desde 2013 está reconocida como una adicción psicológica (también denominada adicción sin sustancia).
Nuevo perfil: jóvenes adictos a apuestas deportivas, póker y juego online
La ludopatía en jóvenes (especialmente relacionada con el juego online y las apuestas deportivas) es un problema creciente y preocupante. El perfil del ludópata en nuestro país está modificándose, tal y como señala Fejar (Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados): si antes el perfil medio era de un hombre casado de 35 a 45 años que llevaba varios años jugando y apostando en tragaperras o bingos, en la actualidad la mayoría de los casos corresponden a jóvenes entre 18 y 25 años, estudiantes o parados y sin responsabilidades familiares que realizan apuestas online.
Este tipo de adicción a las apuestas online, es un proceso más veloz que otras adicciones comportamentales, ya que existe posibilidad de realizar la conducta de apostar todos los días del año, a cualquier hora del día y en cualquier lugar del mundo. Tan sólo es necesario un dispositivo con conexión a internet y una tarjeta de crédito, lo que facilita su disponibilidad.
Por ello resulta fundamental conocer los síntoma o signos que nos pueden alertar de la existencia de adicción al juego, tanto para prevenir como para detectar de manera precoz, lo que será fundamental para una superación rápida y efectiva.
Algunos indicadores de la adicción al juego
En jóvenes, algunas de las señales claves que nos deben alertar de una posible adicción al juego serían:
- Excesivo interés por el juego. Una primera sospecha ocurre cuando el interés por las apuestas deportivas se vuelve excesivo y se prioriza ante otras cuestiones cotidianas (responsabilidades u ocio). La cantidad de tiempo invertido en esta conducta es cada vez mayor.
- Problemas económicos. Cada vez es necesario apostar cantidades mayores de dinero, y las pérdidas siempre van a superar a las ganancias.
- Mentiras relacionadas con el juego: si se realiza o no esa conducta, cuándo, cuánto y dónde se juega.
- Alteraciones en el estado de ánimo. Resulta difícil mantener el control emocional, y se produce nerviosismo, irritabilidad y malestar al intentar reducir o eliminar la conducta de apostar.
- El juego y las apuestas online se utilizan como método de evitación de los problemas, la ansiedad o el malestar.
¿Cómo se llega a ser un adicto al juego?
La ludopatía se desarrolla en una serie de fases, que van formando paulatinamente el problema:
- Fase de ganancias. Al inicio las apuestas se realizan por entretenimiento, estimulación y/o comprobación de la “inteligencia” o la habilidad de predecir resultados o medir los conocimientos deportivos propios. La persona suele tener experiencias exitosas que le llevan a pensar que tiene una habilidad única y especial para el juego.
- Fase de pérdida. Por la propia ley del azar (es imposible ganar siempre), comienzan las primeras pérdidas. La persona, para “compensar” esas pérdidas, realizará una cantidad de apuestas suficientes para poder recuperar el dinero perdido. Pero esta dinámica causará cada vez más pérdidas.
- Fase de desesperación. Las pérdidas ya son enormes. La preocupación y la ansiedad por esta falta de poder económico hará que la persona intente conseguir de cualquier dinero de cualquier forma, pidiéndolo, endeudándose e incluso pudiendo llegar a robar.
- Fase de agotamiento. La persona está completamente desbordada por el juego, que pasa a ser el centro de su vida, abandonando obligaciones, actividades y personas.
Tratamiento de la ludopatía en adolescentes
La ludopatía en la adolescencia, como cualquier adicción y trastorno psicológico, tiene tratamiento. La mayoría de las personas que acuden a tratamiento psicológico por problemas de adicción al juego tendrán una completa recuperación que se mantendrá a largo plazo.
Una parte esencial para que ocurra esta mejoría, es la identificación y la aceptación del problema, lo que no siempre es sencillo. Es muy frecuente que el joven acuda a consulta debido a la presión familiar y a los problemas asociados a su conducta, pero es necesario un reconocimiento explícito y un deseo real de abandonar el juego.
Además de conseguir la eliminación de la conducta de apostar (al menos de forma temporal), será necesario trabajar las necesidades y emociones que han generado toda esa situación. Es decir, es necesario comprender todo este proceso y generar alternativas saludables al juego, así como abordar la prevención de recaídas.
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