El proceso de cambio personal

El cambio es un proceso íntimo, personal e individual. Nadie puede cambiar por nadie.

El objetivo de la psicología es precisamente generar cambios en las personas, modificando ciertas “conductas problema”. Sin embargo, previo a este cambio de comportamiento es necesario conocer en qué estado motivacional se encuentra la persona para ajustar las expectativas, hacer consciente la capacidad propia para conseguir los objetivos y lograr cambios positivos y estables.

 

​El Modelo Transteórico del Cambio de Prochaska y Diclemente

El Modelo Transteórico del Cambio de Prochaska y Diclemente expone las distintas fases que atraviesa cualquier persona en un proceso de cambio. En este sentido, se identifican dos factores fundamentales para el cambio: la motivación y el compromiso. Los estudios demuestran que estos aspectos tienen gran influencia en el éxito del cambio.

Hay que tener en cuenta que la motivación no es algo estable, si no que cambia a lo largo del tiempo: por estrés en el trabajo, cansancio, enfermedad, o “tener el vaso demasiado lleno”. Un cambio puede ser difícil y exigir mucho tiempo, energía y esfuerzo. En algunos momentos la motivación será elevada, y apenas supondrán esfuerzo las actividades y tareas encaminadas al cambio. Sin embargo, otros días la motivación flaqueará y resultará más complicado realizar cualquier modificación. Esto es algo natural, es una parte normal del proceso de cambio.

Por ello es importante reconocer los factores que pueden alterar y afectar a nuestra motivación, y en los momentos en que disminuya, revisar los aspectos positivos y negativos, tanto de hacer el cambio como de permanecer igual.

 

Las fases del cambio

Aunque en su origen se planteó para trabajar el tabaquismo, este modelo ha demostrado ser útil en cualquier tipo de proceso de cambio, ya sea realizado de manera independiente como con ayuda profesional de un/a psicólogo/a.

 

Interior fases del cambio Sagüés Psicología Oviedo

 

 

Este modelo nos propone seis etapas por las que cualquier persona pasa en un proceso de cambio. Sin embargo, destaca que el desarrollo humano no es lineal, pudiendo estancarnos o retroceder en las distintas fases. Resulta imprescindible conocer y ser conscientes en qué etapa se encuentra cada persona en relación con su problema, ya que en cada una de ellas se utilizarán estrategias y herramientas específicas. A continuación, se explica en qué consiste cada una, utilizando como ejemplo el de una persona que quiera dejar el hábito de fumar:

  1. Precontemplación. La persona no considera que tenga un problema y, por tanto, no entiende la necesidad de introducir ningún cambio. Son frecuentes los mecanismos de defensa como la negación o la racionalización. En estos casos es probable que la persona acuda a terapia debido a factores externos (familia, juzgado, etc.). Por todo ello, el riesgo de abandono es muy elevado, variando entre un 40 y 60%.

En el ejemplo de una persona fumadora, ésta no se plantearía modificar su conducta, ya que no es consciente de que fumar suponga un problema real.

  1. Contemplación. La persona reconocer su problema, aunque se muestra ambivalente: está receptivo a información y posibles alternativas y soluciones, aunque duda de sus beneficios. La balanza de los pros y contras de si situación actual está muy equilibrada.

Siguiendo con el ejemplo, la persona fumadora empieza a considerar su conducta como un problema, reconoce las consecuencias negativas y se plantea dejar este hábito.

  1. Preparación. La persona está lista para la acción, ya ha tomado la decisión de hacer algún cambio y ya ha dado algunos pequeños pasos hacia el objetivo.

En esta fase, la persona fumadora tomaría la decisión de dejar de fumar, comprometiéndose con el cambio y materializando su intención en algunos pequeños cambios (como intentos de dejarlo).

  1. Acción. La persona se involucra en ejercicios y actividades que suponen un cambio.

Esta etapa se corresponde con el momento en el que la persona fumadora modifica su conducta, dejando de fumar y manteniéndose sin realizar ese comportamiento.

  1. En esta etapa se trata de mantener los cambios logrados, convirtiendo las nuevas conductas en hábitos.

En el ejemplo, la persona se mantendría sin fumar, conservando y consolidando sus logros alrededor de seis meses.

Cuando esta rutina es sólida y difícil de abandonar (formando ya parte de la vida de la persona) hablaríamos de la fase de Terminación. En este caso, la persona mantendría la extinción de la conducta de fumar, sin que el mantenimiento de la abstinencia le suponga ya ningún esfuerzo importante.

Sin embargo, es probable que el cambio sea difícil de mantener y la persona vuelva a alguna etapa anterior o a realizar el comportamiento inicial (en el ejemplo, la persona podría volver a fumar) lo que se conoce como Recaída. En el caso de una recaída, la persona puede retomar el proceso de cambio, reconocer su progreso y aprender de la experiencia, o considerarlo un fracaso y estancarse en el no-cambio.

Por lo tanto, el modelo transteórico del cambio supone una serie de etapas de forma circular. Cualquier persona que quiera cambiar una conducta (dejar una adicción, empezar a hacer deporte, comenzar a comer más sano, etc.) atraviesa estas etapas de forma indefinida, hasta que consigue conservar el cambio.

 

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