¿Qué es la técnica del volcán?

La técnica del volcán es una herramienta muy útil y sencilla para trabajar la gestión de la ira y el control de impulsos en la infancia.

Como sabemos, el enfado es una emoción necesaria como cualquier otra. Esto es, no se trata de una emoción “mala” o “peligrosa”, aunque a veces sintamos que sí lo es (porque puede conllevar sentimientos desagradables y consecuencias negativas). El enfado, sobre todo en niños, puede llevar a mostrar gran impulsividad, lo que incrementará aún más el malestar.

Como la capacidad de controlar los propios impulsos y deseos no es innata (no nacemos con ella, sino que debe ser adquirida mediante el aprendizaje), es importante trabajar en su desarrollo desde la infancia (es posible hacerlo desde la aparición del lenguaje entorno a los dos años). Existen muchas técnicas y estrategias para gestionar la ira y fomentar este autocontrol. Y la técnica del volcán es una de ellas.

 

Portada técnica del volcán Sagüés Psicología Oviedo

 

¿En qué consiste la técnica del volcán?

Sabemos que, en el funcionamiento de un volcán, el primer paso es un gran temblor interno que precede a una explosión y expulsión de gran cantidad de lava desde la boca del volcán. Del mismo modo, las personas presentamos ciertas sensaciones internas antes de “explotar” y realizar la conducta disruptiva.

La técnica del volcán asemeja ambos procesos y ayuda a los niños a identificar y reconocer los cambios fisiológicos que producen los estados de ira y frustración. De este modo, cuando experimenten esas sensaciones en su cuerpo, serán capaces de gestionarlas de una forma adecuada en vez de dejarse arrollar por esa emoción (es decir, serán capaces de volver a un estado de calma desde el cual solucionar el problema).

 

¿Cuáles son los pasos de la técnica del volcán?

Para ello, pediremos a los niños que se imaginen que existe un volcán en su interior, que representa su fuerza y energía. Cuando nos enfadamos, ese volcán se calienta y empieza a producir lava, pudiendo llegar a descontrolarse y producir una erupción. Podemos utilizar imágenes sobre las distintas fases del volcán para que puedan visualizarlo mejor.

 

Interior técnica del volcán Sagüés Psicología Oviedo

 

 

El paso inicial es ayudar a que los niños reconozcan las situaciones de estrés que les hacen sentir enfado y que pueden llegar a desencadenar la erupción de su propio volcán interior. En este punto, la pregunta a realizar sería “¿Qué cosas te enfadan?”. Así, los niños serán capaces de identificar qué es lo que les hace sentir enfado (por ejemplo, que les riñan, que se metan con él/ella o que le castiguen).

Una vez que ya tenemos esta lista de situaciones y cosas que le enfadan, es necesario tomar conciencia de esta situación. La idea es ayudar a los niños a identificar las sensaciones internas previas al estallido (calor, aumento de las palpitaciones, respiración acelerada, tensión muscular, etc.) Si entienden los cambios que ocurren en sus cuerpos, podrán prever lo que ocurrirá. La pregunta en este caso la pregunta sería: “¿Qué pasa cuando te enfadas?”. Así los niños reflexionan y hacen conscientes los cambios, tanto internos como externos, que ocurren cuando se enfadan (ponerse tenso, llorar, gritar, tirar cosas, …)

Una vez que nos hemos familiarizado con las sensaciones corporales, podremos desplegar los distintos recursos que conozcamos para controlar y frenar este proceso. Para esta pregunta: “¿Qué puedes hacer para mantener el control?” es posible que necesiten la ayuda de una persona adulta que le otorgue alternativas de conducta adecuadas: respiración profunda, relajación muscular, auto instrucciones, … No existe una única respuesta eficaz, sino que dependerá de la edad, personalidad y gustos de cada niño y sus familias. Eso sí, el desarrollo de estas estrategias requerirá tiempo y esfuerzo.

Debemos tener en cuenta que el proceso no acaba con la explicación de esta estrategia, si no que las personas adultas (padres, familiares, educadores) debemos de estar atentos a las situaciones donde se presente el enfado. De esta forma, podremos recordar la técnica del volcán y las soluciones que hayamos encontrado juntos. Sólo así, a base de repetición y guía externa, irá interiorizando este proceso y siendo capaz de ponerlo en marcha él (ella) sólo. Es decir, habrá aprendido a autocontrolarse.

 

Conclusión

Debemos educar a los niños desde pequeños en inteligencia emocional, lo que implica entender que el enfado es una emoción normal y necesaria en determinadas situaciones. No es una emoción que debamos evitar o eliminar, sino que debemos aprender a gestionarla (y eso implica controlar las respuestas inadecuadas).

La técnica del volcán es un recurso lúdico y educativo perfecto para trabajar en esta línea, aprendiendo a identificar y reconocer la emoción del enfado, y enseñando alternativas de actuación ante su experimentación.

 

 

En Clínica Sagüés somos expertos en psicología infantil. Puedes solicitar una cita aquí.

 

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