¿Qué es la comunicación no violenta?

La comunicación no violenta es un modelo educativo creado por Marshall Rosenberg que favorece que las personas se conecten y comuniquen entre sí (y también con un@ mism@) con empatía, asertividad y eficacia.

Este modelo enfatiza la relevancia de expresar de manera clara y serena las observaciones, sentimientos, necesidades y peticiones a los demás, sin que el lenguaje etiquete o defina al receptor de nuestros mensajes. Es decir, deja a un lado los diagnósticos y los juicios y se centra en aclarar lo que vemos, sentimos y necesitamos. De esta forma percibiremos las relaciones bajo una nueva perspectiva, fomentando uniones más sanas.

Desde la comunicación no violenta se diferencian dos modelos de lenguaje utilizando dos animales como símbolos:

 

Interior comunicacion no violenta portada Sagüés Psicología Oviedo

 

  • El chacal

El chacal representa la forma de pensar y expresarse basada en juicios, críticas y acusaciones. Su lenguaje está lleno de calificativos y etiquetas, tanto para con los demás (“eres tont@”) como consigo mismo (“soy inútil”, “debería haber hecho…”). Suelen tener baja autoestima.

Además, no trata de comprender los sentimientos ni las necesidades de las otras personas, y tratan de modificar su conducta a través de exigencias y usando castigos y recompensas. Como es lógico, esto crea un resentimiento en los demás, lo que divide y desvincula, dificultando la comunicación.

Por último, el lenguaje chacal utiliza expresiones como “tengo que…”, “me obligan a…” lo que implica una negación de la propia responsabilidad sobre su comportamiento.

 

  • La jirafa

La jirafa es el animal terrestre con el corazón más grande. Por eso el lenguaje jirafa trata de conectar con los propios sentimientos (y también los ajenos), y es capaz de pedir a los demás lo que necesita para satisfacer sus necesidades sin etiquetas, juicios ni exigencias, desde la empatía.

Asimismo, su gran cuello le permite tener una mejor perspectiva de la realidad y poder observar con atención. Asume la responsabilidad sobre sus propias acciones y, en el caso de haber cometido algún error, trabaja desde la consciencia las necesidades que trataba de cubrir con esa acción para poder aprender y encontrar mejores estrategias.

Con el lenguaje jirafa, las necesidades de seguridad, comprensión, autonomía,… se comparten y expresan de manera respetuosa, lo que conlleva un mejor entendimiento y comunicación.

La mayoría habremos actuado como chacales en muchas ocasiones. Conocer estas diferencias nos pueden ayudar a cambiar nuestra actitud y, de este modo, pensar, hablar y actuar como jirafas.

 

El proceso de comunicación no violenta

Existen cuatro componentes en este modelo que nos permitirán transmitir a otra persona aquello que necesitamos en los momentos en que nuestros estados emocionales pudieran enturbiar el mensaje y dificultar la comunicación:

  1. Describir de manera objetiva lo que sucede, sin introducir ningún juicio o evaluación. Esto resulta fundamental, pues en muchas ocasiones los problemas se derivan de que existen diferentes perspectivas de la realidad.
  2. Definir y explicar cómo nos hace sentir la situación observada en el paso anterior: dolidos, asustados, irritados, entretenidos, alegres, etc. En este momento resulta fundamental poner en práctica nuestra capacidad de empatía, de forma que emisor y receptor del mensaje se puedan llegar a entender y comprender.
  3. Expresar cuáles son las necesidades que se conectan con nuestras emociones: qué necesito para no sentirme así.
  4. Realizar una petición formal y específica, estableciendo un plan de acción que nos gustaría que la otra persona hiciese para afrontar futuras situaciones similares.

Un ejemplo de estos cuatro componentes aplicados a la comunicación entre un padre y una hija adolescente en relación con el orden de su habitación sería:

  1. “María, tienes varios libros tirados por el suelo y ropa sucia en la silla de tu habitación”.
  2. “Esto me hace sentir bastante incómodo e irritado (…)”
  3. “porque necesito más orden y limpieza en nuestra casa”.
  4. “¿Estarías dispuesta a colocar los libros en la estantería y llevar la ropa sucia a la lavadora?”

 

Conclusión

La comunicación no violenta es una herramienta para poder conectar tanto con nosotros mismos como con los demás desde la compasión. Desde las cuatro áreas destacadas (lo que observo, lo que siento, lo que necesito y lo que pido para enriquecer mi vida) podemos expresarnos y escuchar de manera consciente, fomentando la escucha activa, el respeto y la empatía.

 

 

Puedes contactar con nosotros para solicitar una cita.

Puedes seguirnos en Instagram y Facebook.

Compartir:

Síguenos en redes: