COVID persistente y Salud Mental
Cada vez son más los casos y las noticias que nos alertan de que la enfermedad de COVID es como un gran iceberg del que sólo vemos una parte. Y es que la pandemia de la COVID-19 se extiende mucho más allá del gran número de contagios que se producen a diario, los síntomas que se manifiestan durante la enfermedad y las complicaciones que pueden surgir en los casos graves. Se ha comprobado que al menos un 10% de todos los contagiados no consiguen recuperar su estado vital previo. Es lo que se ha denominado COVID persistente (Long-COVID).
¿Qué es el COVID persistente?
El COVID persistente es una afección emergente y novedosa (aunque tiene muchas similitudes con el Síndrome de Fatiga Crónica y ya está investigando sobre que posiblemente sea otro virus el causante de la mayoría de casos de esta enfermedad), que se caracteriza porque los signos y síntomas que se desarrollan durante o después de padecer la COVID-19 se mantienen más allá de las 12 semanas del inicio de los síntomas, afectando de manera significativa a la calidad de vida de las personas.
Según la “Guía Clínica para la atención al paciente Long COVID/COVID Persistente” existen dos grandes conjuntos de manifestaciones: por un lado, la sintomatología física y, por otro, la sintomatología emocional y cognitiva. Es en este último aspecto donde nos centraremos, pues la mejor manera de abordarlo es a través de estilos de vida saludables y de intervención psicológica.
¿Por qué una intervención multidisciplinar?
Como hemos comentado, el COVID persistente es una enfermedad muy novedosa, por lo que aún no existe un tratamiento específico bien establecido.
Sin embargo, dada la complejidad de signos y síntomas con los que se manifiesta y la amplia gama de impactos (médicos, psicológicos y/o sociales), se plantea que el abordaje debe ser global, desde todas las perspectivas de la enfermedad: médico, fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia, intervención psicológica, …
¿En qué consiste la intervención psicológica en caso de COVID persistente?
Con alta frecuencia los síntomas físicos y neurológicos de la enfermedad se acompañan de síntomas cognitivos como fatiga, problemas de concentración, dificultades para mantener la atención y/o fallos de memoria. Aunque en la mayoría de los casos estos síntomas mejoran con el paso del tiempo, según mantienen los autores de esta guía, los pacientes que presentan COVID persistente pueden beneficiarse de intervenciones psicológicas de rehabilitación y entrenamiento de las funciones cognitivas (memoria, atención resolución de problemas).
Además, gran parte de los afectados por COVID persistente manifiestan un estado de ánimo bajo, desesperanza, depresión y ansiedad. Incluso hay algunas personas (en menor porcentaje) que experimentan síntomas de trastornos de estrés postraumático (TEPT), sobre todo aquellos que precisaron ingresos en UCI y personal sanitario.
Esto no significa que estemos ante un trastorno psicológico como tal. Sin embargo, la adaptación a la nueva situación, los sentimientos que puede suscitar (incertidumbre, angustia, miedo, soledad, impotencia…) y la interferencia que esto plantea en su vida diaria, pueden requerir ser tratados por un especialista de salud mental.
De hecho, su abordaje puede resultar fundamental para entender la situación y evitar así “en una rueda” que genera mayor aislamiento social, preocupación constante y pensamiento obsesivos, es decir, una mayor interferencia y un enquistamiento de estas dificultades.
La ventilación emocional (contactar con las emociones desde la aceptación, sin negarlas ni rechazarlas), la normalización de las emociones y las técnicas de regulación emocional podrán favorecer que las personas afectadas desplieguen sus herramientas y estrategias personales de afrontamiento para las nuevas circunstancias. De este modo, podrán recuperarse, aceptar y “vivir el presente”, buscando un completo bienestar.
Conclusión
Al tratarse de una afección tan novedosa, la mayoría de estos pacientes afirman sentirse estigmatizados y con dificultades para acceder a los servicios sanitarios adecuados al recibir una atención fraccionada e inconsistente. Existe la necesidad de abordar no sólo la parte física de la enfermedad, sino también la psicológica.
Si quieres saber más, puedes acceder a la guía a través del siguiente enlace:
https://www.semg.es/images/2021/Documentos/GUIA_CLINICA_COVID_Persistent_20210501_version_final.pdf
Puedes contactar con nosotros para solicitar una cita.