Muchas personas, en algunos momentos de su vida (particularmente si son situaciones nuevas o estresantes) pueden llegar a preguntarse: ¿puedo gestionar estos problemas por mí mismo/a o necesito acudir a algún profesional? ¿En qué ocasiones se puede/debe acudir a un psicólogo? ¿Existe alguna señal de alarma en estas circunstancias?

A lo largo de nuestra vida y en nuestro desarrollo personal, todos los seres humanos pasamos por determinadas situaciones difíciles y complicadas que nos hacen sentir y encontrarnos mal (tristes, solos, nerviosos, agobiados, …). Este malestar puede llegar a bloquearnos, dificultando encontrar soluciones e interfiriendo en nuestro funcionamiento habitual. Aunque es algo muy personal, estas circunstancias donde las emociones que nos hacen sentir mal gobiernan nuestra vida y los problemas nos impiden vivir la vida que deseamos o generan un gran sufrimiento, son un punto de inflexión donde suele ser conveniente pedir ayuda para poder identificar y analizar el problema y encontrar soluciones adaptadas.

 

¿Existe alguna señal de alarma?

Algunos de los indicadores más comunes para saber cuándo acudir al psicólogo son:

  1. Apatía. Haber perdido (o reducido considerablemente) la ilusión, las ganas y la capacidad de disfrutar de actividades que antes nos parecían atractivas.
  2. Utilizar conductas negativas como forma de evasión. Usar o abusar del alcohol, el tabaco u otras drogas para evitar o eliminar ciertas preocupaciones o problemas que son recurrentes es una señal de que algo no está funcionando de forma adecuada.
  3. No superar problemas o situaciones del pasado que te impiden seguir hacia adelante. Sentir que algunos acontecimientos o hechos pasados te afectan más de lo esperado, quedando enredado en esa situación e impidiéndote superarlo y afrontar el futuro con optimismo y esperanza.
  4. Sentirse incapaz de resolver problemas que pueden surgir en diferentes ámbitos de la vida (familiar, social, laboral). Puede que hayas puesto en práctica distintas opciones para resolver la situación, pero hayan fracasado, por lo que empiezas a dudar de tus capacidades personales.
  5. No saber identificar o gestionar nuestras emociones, teniendo respuestas poco ajustadas o desproporcionadas a la situación. Sentirse irritable, agresivo, con cambios de humor, llanto fácil, etc.
  6. Tus pensamientos negativos son muy recurrentes y te agobian o te limitan.
  7. Cambios en el apetito, sueño o deseo sexual sin aparente explicación.
  8. Problemas físicos consecuencia de somatizar ciertos problemas (dolores en distintas zonas del cuerpo, presión en el pecho, incremento de la frecuencia cardiaca, hiperventilación, sudoración, …)

 

Interior cuándo visitar al psicólogo Sagüés Psicología Oviedo

Beneficios de la ayuda psicológica

La consulta psicológica es un espacio de seguridad, donde podrás expresar y comunicar todas tus dudas, temores y problemas sin temor a sentirte juzgado. El mero hecho de ser escuchados, aceptados y validados ya es en sí mismo terapéutico y puede ser de gran ayuda.

Además, el psicólogo es una persona externa e imparcial, que te ayudará a analizar la situación y te guiará mediante un camino de redescubrimiento personal, rompiendo con esa “visión de túnel” que muchas veces nos impide ver más allá del problema y encontrar soluciones.

Sin embargo, el psicólogo no sólo te ayudará a solventar una situación de crisis, problema, conflicto o trastorno, si no que te ayudará a conocerte, cuidarte y dirigir tu vida hacia los valores que realmente son importantes para ti.

En resumen, entre otras cosas, una consulta psicológica puede ayudarte a:

  • Disminuir y/o aprender a convivir con los síntomas que interfieren en tu vida.
  • Encontrar y analizar el origen de esos síntomas, pudiendo trabajar desde la raíz todas las circunstancias, comportamientos y emociones vinculadas al conflicto.
  • Trabajar en el autoconocimiento, desarrollando a la par la autoestima y confianza en ti mismo.
  • Fomentar estrategias y habilidades personales que mejorarán tu resiliencia.
  • Hacer conscientes tus valores, principios y objetivos, adoptando un mayor compromiso con ellos y potenciando una actitud más activa en la consecución de tus metas.
  • Desarrollar tu asertividad mediante técnicas de comunicación, resolución de conflictos, habilidades sociales, … Que te sean útiles no sólo para resolver el problema actual, si no cualquier posible reto futuro.

 

Conclusión

Tomar la decisión de ir al psicólogo y comenzar un proceso de psicoterapia es una decisión difícil. Aún convivimos con ciertos prejuicios sobre la salud mental (por ejemplo, que para acudir a un psicólogo debes tener un problema mental grave o estar en una situación muy complicada), lo que dificulta acudir a consulta y sólo agrava más el cuadro de sufrimiento. Sin embargo, y como hemos visto, son muchas las situaciones en las que se podrían utilizar los servicios de un psicólogo y sus beneficios son indudables.

 

 

Puedes contactar con nosotros para solicitar una cita.

Puedes seguirnos en Instagram y Facebook.

 

Compartir:

Síguenos en redes: