El término clásico de “adicción” hace referencia a sustancias tóxicas que son capaces de generar en la persona que las consume tolerancia, dependencia y abstinencia. Sin embargo, también existen otro tipo de adicciones sin sustancia, por ejemplo, al trabajo, a los videojuegos o a Internet. A pesar de tener una mayor aceptación social que las adicciones a sustancia (alcohol, tabaco, marihuana,…), también son nocivas y pueden causar múltiples problemas. Es lo que se conoce como adicciones tecnológicas
En concreto, las adicciones tecnológicas engloban unas interacciones problemáticas entre el individuo y las diferentes pantallas (móvil, ordenador, televisión, videoconsolas y otros dispositivos electrónicos).
¿Existen indicadores de la adicción a la tecnología?
Cuando una persona hace un uso abusivo de las tecnologías, suelen existir algunas señales de alarma:
-Permanecer conectado a internet más tiempo del previsto, incluso llegando a perder la noción del tiempo.
- Tristeza, enfado e inquietud cuando no se puede hacer uso de la tecnología.
- Evitación de lugares en los que no se va a poder conectar a internet (o la conexión resulta lenta).
- Interferencia, pérdida o deterioro de las obligaciones (laborales en adultos y de desempeño escolar en menores) o en actividades vitales (como el sueño, la alimentación o el ocio).
- Resulta muy difícil limitar el tiempo de uso del móvil, la tablet u ordenador. Si se consigue aparecen sentimientos de ansiedad, malhumor o tristeza.
- Se reciben comentarios del tipo “estás enganchado” al móvil o a internet, pero se tratas de normalizar, justificar, minimizar, ocultar o negar el problema.
- Se hace un uso casi automático, incluso en las situaciones más inverosímiles o lugares y espacios inadecuados (en el cine, gimnasio, durante una reunión de trabajo, conduciendo…).
- Cuando no se está usando directamente la tecnología, la mayoría del tiempo la conversación o pensamiento gira en torno a ella.
La adicción a la tecnología en niños y adolescentes
Los niños y adolescentes son los denominados “nativos digitales”, pues han nacido y crecido con la red y el progreso tecnológico. Pero también son la población más vulnerable frente a las nuevas tecnologías, pues a pesar de su agilidad y buen funcionamiento, pueden hacer un uso inadecuado de las mismas (por falta de información o de conciencia).
En los últimos años hemos podido observar un aumento exponencial en el uso de las nuevas tecnologías. El acceso a Internet y a las redes sociales ha incrementado en todos los segmentos de la población y, con ello, también los problemas relacionados con el acceso a contenidos inapropiados, el ciberacoso, la pérdida de privacidad e intimidad y la adicción a la tecnología.
Algunos datos reflejan que España encabeza la lista de los países europeos con mayor crecimiento en la adicción a Internet entre los adolescentes de 14 a 17 años. De hecho, según un estudio europeo del Centro de Seguridad en Internet realizado por “Protégeles” para el Defensor del Menor España es el país donde se encuentra el mayor porcentaje de jóvenes “en riesgo” de desarrollar conductas de adicción a internet (hasta un 21,3%). Y es que la adolescencia se caracteriza por ser una etapa de vulnerabilidad psicológica debido a todos los cambios que se producen (físicos, emocionales, familiares, de identidad, etc.), por lo que es más probable que puedan llegar a buscar cierta seguridad en las tecnologías (su “identidad digital”).
Algunas recomendaciones
Existen algunos factores de protección que disminuyen la probabilidad de desarrollar una adicción a las tecnologías. Algunas son características personales (como habilidades de afrontamiento, resolución de conflictos, búsqueda de alternativas,…), y otras están relacionadas con un entorno social sano y un adecuado apoyo familiar:
- Actuar como ejemplo de uso responsable de las tecnologías
- Establecer relaciones y actividades no tecnológicas: juegos de mesa, deporte, cocina, etc.
- Instaurar horarios y lugares libres de pantalla: comidas, estudio, hora de acostarse, etc.
- Usar las pantallas con los niños y adolescentes, enseñándoles un uso adecuado.
- Realiza una supervisión desde el respeto y la intimidad.
- Informarnos y formar a los menores en las consecuencias y problemas de un abuso de las tecnologías. La prevención es muy eficaz.
- Pautas normas de uso de pantallas: tiempo -se recomienda entre media hora (a los 2-5 años) y dos horas como máximo (cuando hablamos de mayores de 16 años)-, espacios, actividades permitidas, etc.
Conclusión
La tecnología ha llegado para quedarse y ya forma parte de nuestro día a día. A pesar de sus múltiples e indudables ventajas (búsqueda de información, innovación, estimulación, creación de relaciones, etc.), las personas seguimos necesitando relacionarnos con el mundo. Interactuar, adquirir conocimiento mediante experiencias reales, afrontar problemas y desarrollar nuestras habilidades sociales son aspectos fundamentales para un desarrollo completo y saludable. En definitiva, es fundamental lograr un equilibrio adecuado en el plano psicológico y emocional, tanto en el mundo real como en el mundo virtual.
Si estás o conoces a alguien que esté sufriendo adicciones tecnológicas, puedes contactar con nosotros para solicitar una cita y poder reconducir la situación.